domingo, 20 de octubre de 2013

DESCONOCER

 Conocer a una persona probablemente es imposible. Llegar al punto de creer conocer es simplemente una tarea ardua. Tomarte la paciencia, el esmero de entrever los pequeños detalles, de adivinar con mejor o peor suerte y seguir tanteando metafísicamente lo que deja a entrever la interacción, todo ello es un camino circular, infinito. Llegados a este punto tan alejado de la cima como de la llanura a veces da por pensar que en algún momento quizá toque desandar lo andado borrando o ignorando las huellas. Ese "se acabó" seco con eco que ni es del todo cierto ni necesita serlo.

El problema está entre las partes y el todo. A veces no se entienden, y menos con lógica. Porque en el fondo la comunicación necesita un sustento emocional donde arraigar, donde crecer y donde poder morir. No es un drama, es simplemente incómodo. Esa triste y tonta simpleza me trae el regusto Schopenhauer, eso es señal de que en este momento es mejor rumiar que sublimar. Recordar esta increíble capacidad humana de generar basura me va a dar mucho que pensar.

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