domingo, 20 de marzo de 2011

III - AVE MIDAS

Arde. Quema.
Entre mi carne
ríos de lava,
cauces, venas.

Rito. Fluye.
Despacito
no persigue
pero huye.

Costillas forman la jaula
del ave que yace en llamas.
Muy adentro se consumen,
ambos bípedos e implumes.
Las ascuas bajo la fragua
traen aromas de perfumes.
El vuelo sobre las aguas
ya es imposible, y lo asumen.

El ave lleva el recuento
de los suspiros sonoros,
de sueños, de argumentos,
de tonterías y decoro.
El hombre recuerda el cuento
del Rey Midas y del oro.
Y siente el calor muy dentro.
"¡No quemar lo amado imploro!".

Arden los besos del hombre.
Arden lo amante y lo amado.
Si se nombra, arde el nombre;
si se actúa, el predicado.
Bajo la piel ya no alumbra.
Ya no hay noches de deleite.
Candil maldito en penumbra
prende aún sin el aceite.

El miedo ya se apodera
de la voluntad de ambos.
¿Tú quién eres? ¿Tú quién eras?
¿Por qué te produces asco?
"Era un cobarde cualquiera,
ahora soy cobarde harto.
Subiré mil escaleras
a ver si el pecho me parto."

Monta en congoja al oirlo
el ave del Purgatorio,
que aletea aturdido.
Fatiga el pecho del otro.
"¡No quiero ser más tu nido!"
Brama el hombre harto furioso.
Y mientras cae al vacío
nota el hielo de su rostro.

martes, 15 de marzo de 2011

II - APOLOGÍA DEL DESALMADO

Tiempo. Todo es cuestión de tiempo.
Ser expulsado del útero o del jardín del Edén.
Ser expulsado del mundo para volver a nacer.
Implementar los opuestos o trascender en papel.

Nacen los truenos que pare la madre tormenta.
De su insumisión nace el arte de no obedecer.
Quien invocó a la lluvia que se arrepienta.
Porque el sediento exigente no apaga su sed.

Quien prohibió al aire
convertirse en viento
sufre los lamentos
del tercer poder.
Prisión sin presión
y preso en su tórax:
¡La revolución!
¡El aire se atora!
Por fin dejarás de inspirar
el miedo en los pueblos.
Ahora toca suplicar,
esperar expiar,
porfiar con porfiria
y expirar como un perro.

Pasa el tiempo
como las páginas del libro que no escribió.
No tuvo un sueño
que le diera sentido a la decisión.
Nunca abrió el frasco de su esencia.
El ruido le impidió pensar.
Tuvo recuerdos, mas no vivencias.
Que duerma diez minutos más...

Dos minutos más soñando.
Los años pasan volando.
Ahora va sintiendo el camino.
¿De qué vale seguirlo sin más?
Se detiene a buscarle el sentido
que se le brindaba al andar.

¿Qué quiso ser de mayor?
¿Ser un alto ejecutivo
bajo un ejecutor?
¿Abogado abogando
a abocados al dolor
o defendiendo al culpable
convirtiendolo en deudor?
¿Jefe que ordene orden
a hordas de otro color?
¿Ordeñar tu sorda vida
frente a un ordenador?
¿Un Don Nadie donde nadie
piense en un mundo mejor?
¿Quiso un mundo mejor?
¿Quieres tú un mundo mejor?

lunes, 14 de marzo de 2011

I - PRESENTE DE SUBJUNTIVO

¡Qué ganas de verte!

¿Qué gano arrastrando
en vano al presente
que estoy amarrando
con cuerdas de lino?

¿Qué gano arrasando,
convirtiendo en muerte
momentos y ansiando
tramos del camino?

Segundos matando
efímeros entes.
¡Qué ganas! ¡Que entres
por mi cristalino!

Miradas inertes
garantes de instantes
que antes o durante
tu estancia son arte.

Qué ganas de verte...
y de saber que ves arte.